Los ukeleles llegaron en buen estado, casi un milagro. No así los tres libros de canciones ni resto de artículos. La bolsa de plástico los hizo deformar al no protegerlos bien, se doblaron. La cajita de cartón de uno de los afinadores aplastada... La bolsa colgaba de las cajas de ukeleles atada con precinto. Y los ukeleles viajaron en su caja original sin protección alguna. Increible no estuviran golpeados o rotos. Me sorprendió mucho el precario sistema de envío. Pero ahí están esperando a ser abiertos en Navidad.